Quisiera empezar dándote las gracias a ti, que te has tomado la molestia y tu tiempo en visitar mi blog. Y aprovechar también para agradecer a aquellas personas que me crucé a lo largo de los años en clubs, universidad y escuelas deportivas, empresas y competiciones, y de las que tanto aprendí. Fueron entrenadores, profesores, compañeros, jefes, rivales…Gracias por vuestro esfuerzo y dedicación al mundo del deporte.
De niño no destaqué en ningún deporte. Era mas bien del grupo de los patosos. Pero no me importaba mucho. Lo encontraba bastante más divertido que las clases. Pasé tres temporadas en el equipo Alevín e Infantil de balonmano del Colegio El Salvador. Jugaba de interior, cuando no estaba chupando banquillo, claro. También por entonces escuché la primera llamada de las montañas.
A los 16 años pruebo algo diferente y me apunto a la escuela de atletismo del Estadium El Olivar. Por seis años entreno casi a diario, formando un grupo inolvidable con atletas del Estadium Casablanca, Helios y Scorpio. Me tocó compartir pista con olímpicos cómo Esther Lahoz, Álvaro Burrell o Eliséo Martín. Logro algunas decentes marcas en 200 y 400 mts. En esa época también me inicio en la escalada deportiva y el alpinismo. Comparto con Javier Lorén entrenos, ascensiones y muchas risas.
A los 22 años una lesión muscular importante me impide entrenar con regularidad, y me centro en la escalada y el mountainbike. Por una temporada entreno también con el equipo de voleybol de la Universidad de Zaragoza
Acabada la diplomatura (Graduado Social, actualmente Relaciones Laborales) me surge la oportunidad de trabajar en la Escuela Española de Esquí de Cerler, atendiendo la venta de clases. Movido por mi creciente interés en los deportes de montaña y particularmente el snowboard, decido probar una temporada. Cinco años más tarde obtengo el título de Técnico Deportivo en Snowboard, en la Escuela de Candanchú, con algunos cracks de la época como Israel Planas o Bruno de la Barrera «el jabalí». Y como las temporadas de invierno se me hacían cortas, al acabar un par de ellas me voy con mi amigo Chema a Canadá y U.S.A. y al año siguiente a Chile, en busca del soñado “powder”.
Al hilo de todo ello llevo a cabo el que era mi sueño desde bien enano: ser piloto. En pocos meses hago los cursos de parapente, vuelo sin motor y ultraligero. Vuelo con pioneros del parapente en España como los hermanos Bielsa y ases del vuelo deportivo como Jacinto Serna o Félix Torrubia. Inolvidable la térmica sobre el Aneto, siguiendo a Gerardo Bielsa en nuestros ultraligeros (por unos años tuve mi propio ultraligero en Castejón de Sos).
Buscando nuevas experiencias y oportunidades me traslado a trabajar a la escuela de esquí de Port Ainé. Allí su director, Mariano Palacín, me convence para formarme como profesor de esquí. Después trabajaría en el Equipo Barrabés, con Gabi Mur de quien cada día aprendía algo sobre unos esquís.
Y llegan siempre nuevos retos, viajar por media Sudamérica, el surf y por encima de todos, ser el padre de alguien único e inigualable, Noah, que ahora tiene ya doce años. Volví varios años a la E.E.E. de Cerler, con Lola Gericó como directora. Me interesé más y más por el esquí, fuera pista sobre todo, y mejoré mi técnica gracias a las demostradoras Susana Sahún y Ainhoa Güerri.
Y a lo largo de los años la atracción por el deporte me ha llevado a practicar también algunos tan diferentes como surf, kayak, motociclismo, rugby, barranquismo o fútbol sala.
En lo profesional, la crisis, como a la gran mayoría, de diversas maneras me afecta. Pero la más importante en mi parecer ha sido que es capaz de sacar lo mejor de uno cuando se está en una buena disposición. Te dice que es el momento de actuar, de verdad, en la dirección que siempre has querido y que, muchas veces por comodidad, no has llegado a dar un paso. Y te obliga a buscar dentro de ti qué es lo que te hace destacable y puedes potenciar, pulir y hacer más valioso y único.
En mis años de experiencia enseñando esquí y snowboard me he dado cuenta de lo importantísimo que es acompañar la enseñanza de una buena técnica con un estado mental y emocional que propicie la adquisición de conocimientos y darlo todo en las competiciones; no es una tarea para tomar a la ligera.
Por ello decidí hacer el Máster en Psicología Deportiva, en la UNED de Madrid. Este es un campo muy poco desarrollado en nuestro país, sobre todo si nos referimos al ámbito fuera de la alta competición. El trabajo a realizar en multitud de deportes y categorías es inmenso. Mención especial he de hacer al profesorado del máster, todos de altísimo nivel, implicados muchos de ellos en el deporte olímpico y profesional, y dirigiendo la nave, el Dr. Jose Mª Buceta, que fue también director del gabinete de psicología del Real Madrid C.F.
En busca nuevamente de retos atractivos, esta andadura persigue por encima de todo seguir formando parte del mundo del deporte, esta vez desde otra posición. Una en la que puedo ayudar a los deportistas en sus entrenamientos y competiciones a través de algo que habitualmente no desarrollamos mucho: la preparación mental.
Y lo profesional conecta con lo personal. En busca de que este proyecto salga adelante y las capacidades, trabajo y sacrificio de uno sean las que llevan las riendas de su vida. Tras dos años ayudando a equipo técnico del Fénix Rugby Club a consolidarse en División de Honor B, actualmente coordino la sección «Psicología Deportiva» del periódico digital Sport Huesca, imparto charlas a distintos colectivos y prosigo la búsqueda de nuevos proyectos.
No es por casualidad que he querido nombrar a otras personas (y más que no caben) en este perfil personal. Hay dos motivos: uno, que cada cual somos en gran medida como somos por la interacción con los demás, y dos, porque lo mas importante que encontrarás en tu vida son las personas.
Un saludo afectuoso
J.J. Pérez Gracia
Técnico en Psicología Deportiva. (Máster UNED de Psicología de la Actividad Física y el Deporte). Monitor de esquí y snowboard.
Sígueme en Facebook: https://www.facebook.com/empaticsport/?ref=hl
Email: empaticsport@gmail.com
Contacto: